La crisis climática pone en riesgo nuestra propia existencia, impactando especialmente en las poblaciones más empobrecidas y vulnerables del mundo, así como en resto de seres vivos que habitan el planeta. Por ello instamos a toda la sociedad a que se movilice y se sume a la convocatoria global. No hay plan B porque no hay Planeta B.
En este sentido, es prioritario declarar el estado de emergencia climática cuanto antes, desarrollar una ambiciosa acción por el clima y que se tomen medidas urgentes para reducir a cero las emisiones de gases de efecto invernadero.